Autor: Roald Dahl
Resumen: Erase un niño que acababa de cumplir los nueve años, al cumplir los nueve años la familia se mudó a Inglaterra. Su madre había escogido una escuela que estaba muy cerca de su casa, la escuela se llamaba *St. Peter*.
El niño como echaba de menos su casa , para volver allí haría cualquier cosa . Al niño hace tiempo se le ocurrió un plan, que era fingir un ataque de apendicitis, esta idea se le ocurrió por que su hermana hace un mes aproximadamente sufrió un ataque de apendicitis de verdad. Para el niño era la idea perfecta.
Una mañana en el desayuno, el niño subió al cuarto de la celadora, que es la que se encarga de mantener el orden el los colegio... El niño le dijo a la celadora
- Señora Celadora, ¡Me duele mucho la barriga¡-
gemía el niño.
-!Es que has zampado mucho¡- respondió la celadora.
El niño el contó a la celadora, que llevaba todo el día vomitando, que no quería comer, que le dolía en el sitio de la apendicitis...
La celadora un poco asustada, le dijo:
-No te muevas de ahí- y salió de su cuarto. Al cabo
de un buen rato apareció el medico del colegio, el niño estaba nada más que quejándose, el médico le puso un termómetro en la boca. Y el médico dijo:
-Mumm, la temperatura es normal . La celadora y el médico salieron fuera del cuarto. La celadora el dijo al niño que el director había telefoneado a su casa, su madre fue a por él.
El niño cuando llego a su casa de lo feliz que se sentía se olvidó de su papel de enfermo. Esa tarde vino el Doctor Dunbar, después de haberle observado al niño el doctor dijo:
-¿Estas fingiendo verdad?
-¿Cómo lo sabe?- respondió el niño.
Por que si lo tuvieras inflamado el vientre lo tendrías duro y rígido, y lo tienes blando y normal. Es muy fácil averiguarlo. El niño se puso triste por que pensaba que el doctor Dunbar se lo iba a decir a su madre y lo mandaría otra vez al colegio interno. Pero el médico con buena intención por que sabía que el niño echaba mucho de menos su casa, le dejó estar tres días en su casa añorandola.
Opinión: A mi esta historia me ha gustado mucho, porque podemos observar, que el médico con muy buena intención por que sabe que el niño añoraba su casa, lo dejo estar tres días.
El niño como echaba de menos su casa , para volver allí haría cualquier cosa . Al niño hace tiempo se le ocurrió un plan, que era fingir un ataque de apendicitis, esta idea se le ocurrió por que su hermana hace un mes aproximadamente sufrió un ataque de apendicitis de verdad. Para el niño era la idea perfecta.
Una mañana en el desayuno, el niño subió al cuarto de la celadora, que es la que se encarga de mantener el orden el los colegio... El niño le dijo a la celadora
- Señora Celadora, ¡Me duele mucho la barriga¡-
gemía el niño.
-!Es que has zampado mucho¡- respondió la celadora.
El niño el contó a la celadora, que llevaba todo el día vomitando, que no quería comer, que le dolía en el sitio de la apendicitis...
La celadora un poco asustada, le dijo:
-No te muevas de ahí- y salió de su cuarto. Al cabo
de un buen rato apareció el medico del colegio, el niño estaba nada más que quejándose, el médico le puso un termómetro en la boca. Y el médico dijo:
-Mumm, la temperatura es normal . La celadora y el médico salieron fuera del cuarto. La celadora el dijo al niño que el director había telefoneado a su casa, su madre fue a por él.
El niño cuando llego a su casa de lo feliz que se sentía se olvidó de su papel de enfermo. Esa tarde vino el Doctor Dunbar, después de haberle observado al niño el doctor dijo:
-¿Estas fingiendo verdad?
-¿Cómo lo sabe?- respondió el niño.
Por que si lo tuvieras inflamado el vientre lo tendrías duro y rígido, y lo tienes blando y normal. Es muy fácil averiguarlo. El niño se puso triste por que pensaba que el doctor Dunbar se lo iba a decir a su madre y lo mandaría otra vez al colegio interno. Pero el médico con buena intención por que sabía que el niño echaba mucho de menos su casa, le dejó estar tres días en su casa añorandola.
Opinión: A mi esta historia me ha gustado mucho, porque podemos observar, que el médico con muy buena intención por que sabe que el niño añoraba su casa, lo dejo estar tres días.
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