Platero y yo Capitulo 2

                                   Juegos del anochecer

Cuando, en el crepúsculo del pueblo, Platero y yo entramos ateridos por la oscuridad morada de la calleja miserable que da río seco, los niños pobres juegan a asustarse, fingiéndose que eran mendigos. Uno se hecha un saco a la cabeza, otro dice que no ve y otro se hace el cojo... Después, en ese brusco cambiar de la infancia como llevan zapatos y un vestido y como sus madres, ellas sabrán como, les han dado algo de comer, se creen príncipes 

-Mi pare tiene un reloj

-y el mio un caballo 

-y el mio, una escopeta

Reloj que levantará a la madrugada, escopeta que no matará el hambre, caballo que llevará a la miseria... El corro luego. Entre tanta negrura, una niña forastera, que habla de otro idioma, que es la sobrina del Pájaro Verde, con voz débil, hilo de cristal acuosa en la sombra, canta entonadamente cual una princesa 

Yo soy la viudita del conde de Oré 

Le dice Juan Ramón Jimenez ¡ Si Si ! ¡Cantad, sonad niños pobres! Pronto a la amanecer vuestra adolescencia, la primavera os asustará como un mendigo enmascarado de invierno.